Los profesionales de este servicio aseguran que las cifras récord de pacientes atendidos en las últimas semanas ponen en serio peligro la seguridad del paciente.
Levantada la sesión plenaria del mes de enero, el médico Fernando Alarcón, portavoz de los profesionales del Servicio de Urgencias de Lucena tomó la palabra para exponer que la situación que atraviesa actualmente el Servicio de Urgencias de Atención Primaria es extremadamente grave.
Las cifras récord de pacientes atendidos en nuestro servicio en las últimas semanas ponen en serio peligro la seguridad del paciente y de los profesionales que allí trabajan. Con registros de más de trescientos usuarios en veinticuatro horas y más de tres horas de espera para una primera atención, junto con numerosos avisos del equipo móvil, resulta materialmente imposible que todos ellos reciban asistencia y las probabilidades de que alguna patología potencialmente grave pase inadvertida en nuestra sala de espera son muy elevadas. El número de reclamaciones y agresiones verbales de pacientes ha aumentado visiblemente hasta alcanzar varios casos diarios. El nuevo personal médico incorporado de la pasada OEP en julio de este año ya manifiesta signos de agotamiento y profunda decepción.
Los trabajadores del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de Lucena, llevan años denunciando que la dotación de personal médico y recursos en nuestro servicio es manifiestamente insuficiente y desproporcionadamente baja para la población a la que atendemos, muy especialmente si se compara con los recursos asignados a otras localidades vecinas de mucho menor tamaño. Nuestro servicio se ve sumido en un atraso comparativo, si bien la situación se ha ido volviendo más precaria hasta hacerse insostenible.
Basta con hacer un somero análisis para concluir que se trata con toda probabilidad del servicio de urgencias peor dotado de la provincia de Córdoba y uno de los peores de Andalucía, atendiendo a sus necesidades.
Sirva como ejemplo fijarse en las nutridas urgencias hospitalarias de localidades vecinas como Puente Genil o Montilla, así como las recientemente renovadas urgencias de atención primaria de Baena. Podemos citar numerosos ejemplos de pueblos de similar o inferior población de nuestro entorno cuyas urgencias superan a la nuestra dentro y fuera de nuestra provincia (Antequera, Osuna, Écija, Alcalá la Real, Alcaudete, Loja, Palma del Río). En realidad, cuando se trata de hacer esta comparación, cualquier ejemplo es bueno, porque todas nos superan en recursos materiales y humanos).
Las carencias de nuestro servicio son tan numerosas (falta de espacios de trabajo, sala de espera muy reducida, consultas sin ventanas, zonas de descanso muy reducidas, material deteriorado, etc.) que dudosamente reúnen unas mínimas condiciones de calidad para garantizar una atención digna al paciente o para proveer al profesional unas condiciones dignas de trabajo. Resulta muy difícil asimismo ajustar nuestra realidad a los objetivos y valores reflejados en documentos oficiales como el Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias o el Plan de Humanización del SSPA, ante cuya lectura se pone de manifiesto que no se están poniendo los mínimos recursos exigibles en la actualidad y que nuestro servicio está siendo abandonado por la administración.
Con todo lo expuesto anteriormente los trabajadores del Servicio de Urgencias de Atención Primaria de Lucena han manifestado su desagrado e indignación y solicitan al alcalde y al resto de representantes políticos de nuestra ciudad que consideren la creación de una comisión de urgencia para abordar el problema y exigir soluciones a la administración autonómica, para lo cual ofrecen su colaboración.
Los profesionales médicos han insistido en que no cesarán en denunciar y en reclamar lo que consideren que es de justicia para nuestro municipio y debe caer por su propio peso. Es un agravio comparativo para nuestra ciudad y sus sanitarios y debe llegar una solución o pagaremos caro sus consecuencias.
