DOMINGO DE RAMOS 2018
(EL HUERTO)
Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba diciendo: “Padre, si quieres aparta de mí esta caliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y se la apareció un ángel del cielo, que lo confortaba. (Lc 22′ 41-43).