Pese al anuncio, hace tres meses, del reinicio de las obras de la variante de la carretera A-331 en Lucena por parte de la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta, estas siguen paralizadas. Las obras, que tenían un presupuesto de 7,3 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses, se adjudicaron en mayo del año pasado a la UTE Isolux Corsán y General de Estudios y Proyectos y se pararon un mes más tarde.
La delegada territorial de la Consejería de Fomento y Vivienda, Josefina Vioque, daba a conocer en septiembre pasado que la paralización obedecía a la entrada en concurso de acreedores de una de las empresas que conforman la UTE, en concreto Isolux-Corsán. Desde entonces, y pese a que al parecer se había resuelto la continuidad de las obras, continúan desaparecidos del entorno de la obra la totalidad de los efectivos del parque de maquinaria que en ella venían trabajando. Hasta el momento se ha llevado a cabo el arranque de la totalidad del olivar por donde discurre la nueva infraestructura y se estaba acometiendo la colocación de las placas de hormigón de anclaje en diferentes zonas del trazado.
De esta situación se desprende que las empresas que componían la UTE no se ponen de acuerdo. La postura inicial era que General de Estudios y Proyectos pueda continuar la obra, algo que de no resolverse obligaría a resolver el contrato de adjudicación. Vioque destacaba que «el dinero está disponible para su ejecución y es de sumo interés la continuidad y el cumplimiento de los plazos previstos para su ejecución».
Esta infraestructura evitará el paso de los vehículos por el centro urbano, permitiendo conectar la Autovía del Olivar (A-318) a la altura de la rotonda de salida Lucena–Cabra con las localidades de Rute e Iznájar. La actuación inicialmente fue adjudicada en el año 2010, aunque no se inició debido a la crisis económica y al ajuste presupuestario.
Según ha informado la Junta, desde el comienzo de la legislatura, la Consejería de Fomento y Vivienda está reactivando intervenciones, priorizando las obras que se encontraban en ese momento en un nivel elevado de ejecución y las que, como es el caso de la variante de Lucena, representan un nivel significativo de rentabilidad social y económica para la comarca en la que se ubican.
Para reactivar la actuación fue necesario solicitar nuevamente la autorización ambiental, que obtuvo el informe favorable de la Delegación territorial de Medio Ambiente en Córdoba el pasado mes de marzo.