En las noches de finales de julio, de extremo calor lucentino, en el Llanete de Santiago sus vecinos y gentes de toda Lucena refrescan sus gargantas y buscan el reencuentro con una de las fiestas populares más castizas de la ciudad.
En el barrio más barrio de Lucena todo vuelve a la vida en estas noches de verano, cante, teatro, espectáculos, buen comer y buen beber, magnífico ambiente y, como colofón, la procesión del Santo Patrón… el cual, a lomos de su caballo, ya no empuña una espada sino un banderín, hasta la inclusión llegó a nuestras tradiciones más castizas.
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