La tarde del Día de los días, sí en mayúsculas, el Día de los días. La tarde del Día de la Virgen que se nos presentaba incierta, desapacible, fría, el sol se quiso esconder, las nubes llegaron y el agua bañó las calles de la ciudad. Todo hacía presagiar algo incierto, pero no, al final, tras un breve receso que apenas duró un suspiro, eso sí, casi agónico, la cuadrilla de la Virgen al mando, este año, de Paco Carrera se echaba al hombro el dulce peso de la Madre y se retiraban los bancos.
Volvió Santa María Magdalena a sonar ante la Virgen, volvió Arahal al primer domingo de mayo en Lucena, como antes. Ya los nervios por la incertidumbre se tornaron nervios por la certidumbre, por la certeza clara de que la Virgen salía a las calles de su ciudad, no con puntualidad británica por culpa de la impertinencia de las nubes cuajadas de agua, de las ocho de la tarde si no con algo más de diez minutos de retraso y ya tras atravesar la puerta y el cancel de la parroquia de San Mateo, la Virgen se posó en el suelo de la plaza Nueva para en tres tiempos ser posada sobre los hombros de sus santeros de túnica blanca, los hombres de María, el primer domingo de mayo.
Primera parte de la galería del Día de la Virgen. Fotografías de: @gitanitophoto @gitanitofotografia para Videoluc TV.