jueves, mayo 16, 2024

El Ayuntamiento pretende adquirir los terrenos del yacimiento de Morana

El Ayuntamiento de Lucena mantiene el interés por la compra del yacimiento ibero-romano de Morana, algo que pretende materializar este año, una compra sobre la que se lleva especulando más de una veintena de años.  Para evaluar la inversión, desde el Consistorio, se ha informado de   que se ha acometido una valoración externa de este enclave, que se recibió el pasado mes de noviembre, y que no se ha querido hacer público para no entorpecer las negociaciones con la propiedad. El alcalde,  Juan Pérez, destacaba el interés del consistorio  por la compra de Morana, para lo que en 2.017 se pretendió adquirir con fondos provenientes de la compensación por la ocupación de la Autovía del Olivar, y hubo un avance de valoración de aproximadamente 200.000 euros para unos terrenos que ocupan alrededor de 15 hectáreas en el que prevalecen de herrizas y de poco interés para el cultivo.

Los constantes expolios han estado poniendo en peligro el yacimiento arqueológico de Morana, que fue declarado el 6 de marzo del año 2000 Bien de Interés Cultural y desde el Ayuntamiento se  han venido realizando distintas gestiones que posibiliten la compra o permuta del mismo a su dueños. A lo largo de este tiempo se han producido cambios en la propiedad de estos terrenos, lo cual ha dificultado que fructifiquen unas negociaciones que nunca han llegado a buen puerto, máxime  cuando la ley obliga a la propiedad privada de este tipo de bienes culturales a custodiar, mantener y conservar.  Morana es un yacimiento arqueológico de enorme interés y uno de los más importantes de su tiempo en la zona sur de la provincia. Prueba de ello es que se tiene constancia de que en las laderas de Morana hubo un asentamiento humano en el siglo IX antes de Jesucristo. En esta área había junto al núcleo urbano de la época de los íberos otra zona dedicada a necrópolis.

El yacimiento de Morana se encuentra en un área apartada del término municipal de Lucena, camino de la aldea de Jauja y a escasa distancia del paraje natural de la Laguna Amarga. Desde hace siglos han sido numerosos los historiadores y amantes de la arqueología que se han venido interesando por un lugar que se ha conservado en buena medida debido a su lejanía de las carreteras. Sin embargo, ello no le ha preservado totalmente de los expolios. Por ello son numerosas las personas que vienen demandando una mayor vigilancia, así como el vallado de las fincas.  Entre los vestigios arquitectónicos más interesantes destaca una doble línea de muralla, en este segundo recinto destaca una atalaya ibérica. De época romana hay siete cisternas de «opus caementicium» y revestimiento de «opus signinum», localizadas en el sector sur del cerro. Su datación probablemente sea del siglo I. También destaca un almacén que podía corresponder a una obra hidráulica y restos funerarios, posiblemente una cámara hipogea. Hay un lavadero y una fundición de mineral de hierro, procedente de la mina de Las Herrizas, distante  a unos 2 kilómetros. El yacimiento está inmerso en un gran hábitat romano, fortificado en una zona elevada.

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