Tras el proceso de restauración al que fue sometida la imagen de María Stma. de la Pasión y Ánimas por Manuel Espejo Mármol y Miguel Ángel Sánchez Jiménez que se prolongó durante cuatro meses, tuvimos la suerte de poder fotografiarla en la intimidad a esta, y valga la redundancia, íntima, bella, trágica, serena y, a la vez, dulce dolorosa franciscana, joya devocional de su franciscana hermandad.
La labor de los restauradores ha consistido en retirar repintes, repolicromías y gruesas capas de estucos añadidos que superaban, en algunas zonas, el medio centímetro de grosor, ocultando bajo estos el delicado modelado y una encarnadura rica en matices de una Virgen que hoy vuelve a renacer, manifestándose como una de las dolorosas más interesantes de nuestra ciudad.
La policromía recuperada, del siglo XVIII, documentada en un libro de cuentas de la cofradía en el año 1726 es obra de Leandro Ambrosio de Aguilar, policromador y dorador lucentino, policromía que “convive” con la original del siglo XVII puesto que la misma no llegó a cubrir la primitiva policromía, por esta tarea el obrador lucentino cobró 75 reales. Siendo este aspecto de la dolorosa el que más tiempo se ha conocido hasta las desafortunadas restauraciones sufridas por la bellísima imagen que nos ocupa.
Paralelamente, se ha consolidado la imagen a nivel estructural, se han sellado grietas y fisuras y se ha sustituido el sistema de cogida de la corona. Por último, se han reintegrado cromáticamente las lagunas de color existentes en la policromía, se han repuesto lágrimas de cristal y se le ha colocado nuevas pestañas de pelo natural atendiendo a las características de la imagen. Todas las actuaciones desarrolladas sobre la imagen atienden a los principios de mínima intervención y máximo respeto por la obra original.
Agradecer a Manuel Espejo Mármol la información ofrecida sobre la restauración de la imagen. A continuación se muestra una galería de María Santísima de la Pasión y Ánimas realizada por @gitanitofotografia @gitanitophoto para Videoluc TV.