En la noche de este quinto viernes de cuaresma desde el Carmen y desde Santiago nos llegaron los ecos del rezo del vía crucis con las imágenes del Señor de la Humildad y del Cristo Yacente.
Desde el Carmen el humilde cristo apoyado sobre la columna esperando el momento de su crucifixión, reflexivo, consciente de su destino, trágico y asumido y, en el interior de las naves de piedra de Santiago la pequeña, pero bella imagen del Yacente mientras su madre, desde lo alto de su altar de triduo observa la muerte de su hijo ya depositado en su sepulcro.
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