Continuaba la tarde cuajada de hermandades, con olor a cofradía aún con la lluvia que se colaba entre el sol velado y triste del domingo alegre de la cuaresma.
Desde Santiago con la poderosa y portentosa rabia de la mirada y el empuje del León de Judá Amarrado a la Columna nos dirigimos hasta Santo Domingo con la imponente imagen grande que abraza a Lucena en su indiano abrazo y el costado abierto derramando su Sangre para llegar hasta el altozano del Valle donde Jesús en su infinita misericordia ampara todos los días del año a los vecinos de su feligresía.
Un trabajo de @gitanitofotografia @gitanitophoto para Videoluc TV.