Los vecinos exponen que vienen sufriendo un paulatino deterioro de la calzada así como la perpetuación de un deficiente acerado que impide la accesibilidad para personas con movilidad reducida, cochecitos de bebé e incluso, en algunas zonas, el uso para cualquier tipo de peatón, hecho que obliga a que, en la estrecha calzada, tengan que circular tanto peatones como vehículos, con el riesgo que ello conlleva.
Estos lucentinos han soportado pacientemente los inconvenientes de los grandes socavones, el ruido que el cemento desprendido provocaba al paso de los vehículos y el deficiente acerado con la promesa y la esperanza de un remozamiento que nunca llega.
En las fechas actuales, el ayuntamiento ha tenido a bien parchear parte de la problemática que afecta a esta calle y con ello, lo que los vecinos entendemos como una condena por prolongar en el tiempo el acometimiento definitivo e integral del arreglo de esta vía. Así lo denuncian estos vecinos en un escrito con el que están recabando firmas en busca de apoyo a sus reivindicaciones.