Compañeros, familiares y amigos se reúnen en el Rectorado para recordar su figura y su contribución a la investigación
La colaboración de la Universidad de Málaga con el doctor por el Museo Nacional de Historia Natural de París Cecilio Barroso Ruiz (1955-2023) se remonta a 2014, cuando, bajo su auspicio, se estableció un convenio de colaboración con la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana (FIPEH).
El Rectorado de la UMA ha reunido a familiares, compañeros y amigos del arqueólogo para rendirle un homenaje póstumo, tras su fallecimiento en febrero de este año.
El encuentro ha contado en su apertura con la vicerrectora de Investigación y Transferencia, Zaida Díaz, y seguidamente se han sucedido cerca de una decena de ponencias, en las que se ha repasado la figura de Barroso Ruiz y sus principales líneas de investigación, así como su contribución a la ciencia.
Cecilio Barroso nació en Melilla en 1955 y estaba afincado en Rincón de la Victoria, donde falleció el pasado 4 de febrero. Su trayectoria científica lo convierte en el primer arqueólogo que halló en 1979 un yacimiento prehistórico vinculado en Andalucía a los neandertales, la Cueva del Boquete de Zafarraya, localizada en el término municipal de Alcaucín, en la provincia de Málaga.
“En 1995, a partir de unas primeras informaciones recibidas por parte de miembros de la asociación Torre del Moral de Lucena, en la provincia de Córdoba, descubrió la Cueva del Ángel en la Sierra de Aras”
En 1995, a partir de unas primeras informaciones recibidas por parte de miembros de la asociación Torre del Moral de Lucena, en la provincia de Córdoba, descubrió la Cueva del Ángel en la Sierra de Aras, ubicada a unos 10 kilómetros al sur de Lucena, un asentamiento paleolítico cuya antigüedad posiblemente supere los 500.000 años. Dicho yacimiento paleolítico es el único datado en España como residencia estable de homínidos durante al menos unos 300.000 años.
Tras un cuarto de siglo dirigiendo las sucesivas campañas de excavación en la Cueva del Ángel, Barroso continuó al frente de la fundación FIPEH, desde la que siempre reivindicó el extraordinario potencial de dicho yacimiento cordobés y establecía reiteradas comparaciones con Atapuerca. Su último gran descubrimiento en dicha cavidad había sido un diente molar de más de 100.000 años de antigüedad, el resto humano más antiguo de Córdoba.
La Universidad de Málaga estableció en 2014 un convenio de colaboración con la FIPEH, al amparo del cual diversos profesores e investigadores de la UMA han venido participando en el proyecto de investigación de la Cueva del Ángel de Lucena.