El C.D. Ciudad de Lucena cae eliminado de la final del playoff en el último suspiro frente a un ultradefensivo A.D. Ceuta

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El C.D. Ciudad de Lucena deberá de esperar otro año para intentar subir de categoría. Los lucentinos lo tenían todo de cara en la semifinal que le enfrentó a la A.D. Ceuta; partido único en casa, le valía un posible empate, y una afición volcada con su equipo con 2.000 espectadores en las gradas; muchas cosas a favor y un fatídico desenlace, ya que, en esta ocasión, el fútbol fue tremendamente cruel con un equipo lucentino que mereció estar en la final del playoff de ascenso a Segunda RFEF.

En el primer tiempo, el equipo celeste tuvo la posesión de la pelota y el control en el juego, sin embargo, fue incapaz de superar las dos líneas defensivas que planteó José Juan Romero. Por el contrario, el Ceuta se sentía cómodo defendiendo y a la espera de algún contragolpe o balón parado. Precisamente, en el minuto 28, en un saque de esquina, la pelota cae al segundo palo, Ismael Cesar la pone en el área pequeña y el remate de Benji lo saca con la mano  en la misma línea el mexicano Alan Araiza; una jugada rápida que el árbitro señaló como gol, aunque la pelota no había rebasado la línea, cuando lo correcto hubiese sido señalar penalti a favor del Ceuta y expulsión por roja directa de Alan Araiza. Un gol que no hacía méritos al juego de ambos equipos pero que dejaba ya de manifiesto que la fortuna, en la tarde-noche primaveral, iba a estar del lado ceutí.

Tras el paso por los vestuarios, el Ciudad de Lucena dio entrada a Mario Ruiz por Toni Pérez y el juego se hizo más dinámico. El centrocampista cordobés le dio profundidad al juego de su equipo y fruto de ello llegaba el gol del empate, a los 5 minutos, obra de Alan Araiza tras un pase medido de Michael Conejero.

Con la eliminatoria de nuevo del lado lucentino, el Ceuta mantuvo su guión manteniendo una doble coraza defensiva delante del portero juvenil Rodin. El dominio era absoluto por parte del Ciudad de Lucena aunque faltó algo de precisión en los metros finales tanto en los últimos pases como en el remate a portería.

Cuando el partido agonizaba, y con un conformista Ceuta, que buscaba claramente la prorroga, llegó el mazazo más duro de los últimos años para el Ciudad de Lucena, con un gol en el último segundo de Ismael Cesar que le daba una injusta clasificación a su equipo.

El Ceuta, con una suerte mayúscula, se encontró sin esperarlo con un premio inmerecido frente al equipo de Dimas Carrasco que trataba de consolar a unos abatidos jugadores lucentinos. Enorme decepción y una noche negra para el fútbol de Lucena.