La Junta de Andalucía ha renovado la totalidad de los convenios de los equipos de tratamiento familiar con la Diputación Provincial y las entidades locales de más de 20.000 habitantes, para el Programa de atención a menores en situación de riesgo o desprotección, según informa la delegada de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Inmaculada Troncoso
‘La renovación de los convenios, afirma la delegada, viene a reforzar el buen trabajo efectuado por el conjunto de los equipos de las diversas entidades locales, y la importancia de la inversión en infancia realizada desde la Junta de Andalucía y sus Servicios de Prevención y Apoyo a la Familia.’
El conjunto de entidades locales de Córdoba está compuesto por la Diputación Provincial, con cuatro equipos, la capital, con otros cuatro equipos, y Montilla, Cabra, Baena, Lucena, Puente Genil, Priego y Palma del Río, todas ellas con un solo ETF.
Este Programa, de carácter eminentemente preventivo, tiene la finalidad de preservar los derechos y promover el desarrollo integral de los y las menores evitando la separación de la familia y normalizando su situación. La delegada ha valorado la buena sintonía existente entre las entidades, la adecuada coordinación y el buen resultado del programa.
La delegada señala que se aprecia un ascenso en cuanto a número de menores y familias atendidas: 592 familias en 2018, frente a las 625 del año 2019, y 1.200 menores del año 2018, frente a los 1241, del año 2019.
De ellas, en 2018, 567 familias pertenecen al programa de riesgo, y 24 al de reunificación, frente al año 2019, donde 590 familias pertenecen al programa de riesgo, y 35 al de reunificación.
En cuanto a los recursos con los que existe coordinación la delegada destaca ‘los recursos sanitarios, educativos y de servicios sociales como recursos destacados, y especialmente, la importancia de trabajar la parentalidad positiva, ya que la gran mayoría de factores de riesgo asociados a las familias responden a cuestiones relacionadas con las buenas prácticas educativas, más que a otros factores como la planificación familiar, la disponibilidad vivienda, u otras, destacando como principales predisponentes, la ausencia de conciencia sobre el problema, la falta de motivación al cambio o los conflictos intrafamiliares’.