Pacheco, seguirá desempeñando sus funciones en el Monasterio de Guadalupe en Cáceres a partir del próximo 3 de agosto. Después de ocho años como fraile superior en el convento lucentino, las normas de la orden hacen que deba abandonar Lucena para realizar su labor en la comunidad de Extremadura. Fray Joaquín, nació en Arjona, Jaén, pero descubrió su vocación espiritual en Brenes, un pueblo de Sevilla, donde se trasladó con su familia. El camino que emprendió en la juventud, vinculado siempre a la orden franciscana le ha llevado por distintos puntos de España, incluso a las Islas Canarias, siempre acatando la obediencia que lleva impregna el hábito de la institución fundada por San Francisco de Asís.
Con un gran cariño manifestado desde su llegada a Lucena, por la ciudad, sus gentes y sus tradiciones, confiesa que actualmente tiene una herida abierta provocada por el tener que marcharse de esta tierra y encomendarse a una nueva ubicación. De Lucena, destaca la cercanía de su pueblo y el respeto por los padres franciscanos, en un convento y una orden integrados completamente en la ciudad.
Ahora, el convento del barrio de San Francisco, contará con cuatro hermanos franciscanos hasta la incorporación a mediados del mes de septiembre del sustituto de Fray Joaquín, quien de nuevo será acogido por el barrio y el pueblo de Lucena con todo el cariño y el respeto que merece.