Cruz Roja atendió el año pasado a unas 800 personas sin hogar, un número que parece no disminuir pese al supuesto retroceso de la crisis, ya que los datos muestran que es similar al registrado el año anterior. Es el balance de actuación en la calle de Cruz Roja, que en estos días está reforzando su intervención con este colectivo debido a la bajada de las temperaturas. Entre estas 800 personas, el perfil mayoritario fue el de un hombre de entre 35 y 50 años de nacionalidad española y con problemas de salud mental añadidos. Se trata de cordobeses a los que la crisis, la falta de una red de apoyo y otras circunstancias han conducido a esta situación de extrema vulnerabilidad. El grueso de las atenciones se realizó un año más desde la unidad de emergencia social, un dispositivo conformado íntegramente por voluntariado que recorre tres noches a la semana las calles de la capital -y que también sale a municipios como Lucena o Priego de Córdoba- para ofrecer a la población sin techo comida y bebida reparadora, sacos de dormir y apoyo humano.
En periodos de más frío como el actual, se añaden en el reparto mantas, sacos de dormir y prendas de abrigo como pantalones, polares, chubasqueros o zapatillas. En estos últimos días, el voluntariado de Cruz Roja ha atendido en cada una de sus salidas a unas 50 personas que viven en la calle. La unidad busca servir de enlace para intentar, en la medida de lo posible, integrar al colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto de promover de este modo su inclusión en la sociedad.
A día de hoy, son alrededor de sesenta las personas que participan como voluntarias en este proyecto, que se realiza en coordinación con el resto de entidades que conforman la Red Co-Habita de atención a personas sin hogar, de la que también forman parte Adeat, Fundación Prolibertas, Cáritas y el propio Ayuntamiento de Córdoba.
La labor de Cruz Roja con la población sin techo se completó con el proyecto que, con financiación de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, buscaba ofrecer ayuda para el alquiler, la cobertura de necesidades básicas y apoyo para la búsqueda de empleo a personas sin hogar. Aunque la mayoría de atenciones con este colectivo se llevan a cabo en la capital, la institución humanitaria también tiene en marcha acciones orientadas a población indigente en municipios de la provincia como Baena, Priego de Córdoba, Montilla, Palma del Río, Lucena y Rute.