Llegó el viernes, el viernes del año en Lucena, ese que que amanece a las seis de la mañana cuando la callada madrugada ensordece en un estruendo y en un clamor común. Esa madrugada, que horas antes, se encargó la hermandad de tambores de anunciar por las calles de la ciudad.
Volvió el aroma inconfundible del Señor, de su aroma de pebetes, se desgranaron los salmos del miserere, un río de luminarias bajó desde la calle Curados buscando la Aurora por Santo Domingo y subiendo la calle de las Torres ya con las primeras luces de un nuevo Viernes Santo.
Se volvió a escuchar el miserere en la plaza Nueva y se entonó el Perdón, Jesús, volvió a bendecir a Lucena y el río morado continúo por la mañana más verdadera del año. Viernes morado, de Jesús Nazareno y cordones amarilos, de promesas tras el Señor, de salmos desgranados durante todo el camino del Señor.
Volvió lo que nunca las circunstancias debió de quitarnos. Volvió el Viernes Santo a Lucena ¡cuánta falta hacía este Viernes! El día donde Lucena se reencuentra consigo misma. ¡Viva Jesús por Siempre!
Un trabajo de @gitanitofotografia @gitanitophoto para Videoluc TV.
