La mañana del primer domingo de junio y, a su vez, primer día del mes de los días largos y calurosos que anuncian la llegada del inminente verano que, parece ser que quiso asomar con vigor en esta última semana, ha sido la mañana en la que nuestra amantísima y bellísima patrona ha regresado a lo alto del ara sagrada de su Real Santuario allá por los pagos de Aras.
Tras la misa, que comenzara a las siete de la mañana, la Virgen, a las ocho de la luminosa mañana, salía a la plaza Nueva para, por su itinerario de costumbre encaminarse, poco a poco, hasta la Puerta de la Mina no, sin antes, visitar a los ancianos residentes en San Juan de Dios.
La Virgen que salió sobre los hombros de la cuadrilla comandada por Antonio Somé, era entregada en hombros de su pueblo para llevarla hasta la cumbre poco antes de las once de la mañana.
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