Las noches del “Abanico de Verano” de Lucena se llenaron anoche de flamenco en su más pura expresión.
Un elegantísimo Manuel Lombo, en voz, presencia y saber estar, hizo las delicias de los que se congregaron en el patio del auditorio Manuel Lara Cantizani en una noche soporífera de calor que contó con un viento que, aunque a veces incómodo, hizo más llevadero el calor sofocante. Aún así, el auditorio pudo vibrar y sentir la emoción que emanaba de la garganta de Manuel Lombo el cual dijo que: “iba a dejar el alma para así poder volver a recogerla” y así fue.
Manuel recordó su primer contrato como cantaor, como saetero, a una tempranísima edad, un Jueves Santo en Lucena cantándole al Señor Amarrado a la Columna y también aquel maravilloso espectáculo de Navidad que ofreció en la iglesia de la Madre de Dios de los RR.PP. Franciscanos. También tuvo palabras bonitas para con la devoción aracelitana que se vio materializado en un maravilloso fandango de Lucena a la que es única reina y señora de todo el campo andaluz.
Todo un placer para los sentidos, la elegancia personificada en la voz y la presencia anoche brilló en el firmamento lucentino.
Una galería de @gitanitofotografia @gitanitophoto para Videoluc TV.