LUNES DE PENTECOSTÉS
LUNES DEL ROCÍO
Fue un Lunes vacío, amargo, triste, melancólico. No pudo rezarse la salve ante la Virgen en la esquina de Muñoz y Pavón con la calle Almonte a la luz de la calurosa mañana del Lunes del Espíritu Santo pero, aunque contenida, tras la eucaristía en la Parroquia del Carmen, el bendito “Simpecao” fue depositado a los pies del presbiterio y allí las miradas se empañaron y afloraron las emociones.
No hubo procesión de regreso desde la Capilla de las Felipenses hasta la Parroquia del Carmen rezando el rosario en la tarde del martes bajo la luz y el humo de las bengalas pero sí se entronizó de nuevo el Simpecao en su altar con el rezo de la salve y los vivas emocionados soñando un nuevo Pentecostés que esperemos sí sea realmente un Rocío de Luz.