Todos los grupos de la corporación votaron a favor de la solicitud a la Junta de Andalucía que la Santería será declarada como Bien de Interés Cultural.
Desde Vox, Jesús Gutiérrez, expresaba su voto a favor de la propuesta, y alabó el trabajo de Antonio Rafael García Oliveros, Manuel Guerrero Cabrera y Antonio Nieto del Espino, quienes han llevado a cabo la redacción de la memoria, a través de una descripción histórica de esta tradición lucentina.
Miguel Villa, también manifestó que Izquierda Unida se pronunciaría a favor de dicho acuerdo aunque reclamaba un lenguaje más inclusivo, que no sitúe a la mujer como mera cuidadora, por lo que solicitaba que se revisase , en ese aspecto, la redacción de la memoria.
El documento se centra en los atributos y rasgos singulares de la santería como conceptos identitarios y su relevancia en diversas esferas de Lucena; su pervivencia durante casi 200 años; la referencia superlativa del Viernes Santo; los elementos articuladores y los diferentes roles del santero, entre ellos, el manijero, que guía, organiza y elige a la cuadrilla.
El nacimiento de la santería, según Antonio Cañas, en su artículo “La santería, una manera de sentir”, se produjo en el seno de la Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el 21 de marzo de 1839, cuando se prohibió el uso de correón, una especie de banda de cuero que a modo de bandolera unía la peana del paso procesional a los hombros de los hombres que lo portaban. Tan difícil y violento era este modo de llevar el paso que se adoptó la determinación de prohibir su uso. Fue cuando a partir de ese momento nació la santería, que se fue extendiendo al resto de las cofradías que procesionan en la Semana Santa Lucentina.
