viernes, mayo 3, 2024

El periodista lucentino David Guerrero estrena junto a Paloma del Río la serie “Ya no quiero esconderme”

Emitida por RTVE Play, este videopodcast aborda la realidad LGTBI en el deporte español

RTVE Play estrenó el pasado miércoles  el videopodcast ‘Ya no quiero esconderme’, una miniserie de tres episodios conducida por los periodistas Paloma del Río y el lucentino David Guerrero en la que se aborda de manera “abierta e inclusiva” la realidad LGTBI+ en el deporte español y que busca, con motivo de la celebración el próximo 28 de junio del Día Internacional del Orgullo, luchar contra la homofobia en la práctica deportiva.

Según indica Radio Televisión Española, la periodista y experta deportiva de RTVE Paloma del Rio –con 16 Juegos Olímpicos a su espalda– es la conductora del que será su último programa antes de su jubilación, trabajo que desarrolla junto a David Guerrero, periodista especializado en LGTBI y género en el deporte y autor del libro ‘Corres como una niña. El género y la diversidad LGTBI en el deporte’.

Dicho libro, prologado precisamente por Del Río, nació ante la ausencia de un análisis de la situación del colectivo LGTBI+ en el deporte en España, tanto en la actualidad como desde la perspectiva histórica, según ha reconocido su autor, un trabajo por el que RTVE se puso en contacto con él para sacar adelante un programa que abordara esta cuestión.

La serie toma prestada para su título la frase del futbolista Jakub Jankto en su declaración a la prensa sobre su homosexualidad, tal como informa la plataforma de RTVE. ‘Ya no quiero esconderme’ está dirigido por César Vallejo y Ángela Gallardo y aborda por primera vez en la televisión pública de manera completa la historia de los deportistas LGTBI+ en España.

Se trata de una producción original de RTVE Play compuesta por tres capítulos de 50 minutos que analizan el fútbol, el olimpismo y el deporte base. A través de historias personales, el programa analiza la evolución de la cultura deportiva en la lucha contra la homofobia hacia una mayor diversidad e inclusión y ofrece distintos ejemplos de superación.

El primero de ellos, según ha reconocido Guerrero en declaraciones a Europa Press, parte del preocupante síntoma de la falta de futbolistas gays visibles, a lo que se sumó las negativas recibidas durante la producción para participar en la serie, tanto de futbolistas femeninas que sí han reconocido su homosexualidad, como de jugadores masculinos de equipos de élite que, aun declarados como heterosexuales, pudieran manifestarse como aliados de esta causa.

El periodista y escritor ha apuntado que en algunos casos los propios deportistas sí aceptaron aparecer, pero sus intervenciones fueron “bloqueadas” más tarde por sus clubes o representantes. Para David Guerrero, es en el fútbol dónde España presenta una peor comparativa respecto a sus vecinos europeos, con jugadores abiertamente homosexuales en Alemania o Reino Unido, subraya.

En este sentido, Guerrero ha enfatizado el caso de la Peña Valencianista LGTBI, un grupo de seguidores del Valencia CF que resulta atípico en este país pero que en el resto de Europa “casi todos los equipos las tienen”.

Los insultos a que se exponen tanto en las gradas como en redes sociales los profesionales del fútbol que decidan ‘salir del armario’ o la situación de tener que jugar competiciones en países donde la homosexualidad “se castiga con la pena de muerte”, son realidades que contribuyen a explicar las dificultades para que estos jugadores den el paso.

Países, ha recordado Guerrero, que “compran” la organización de eventos para lavar su imagen a través del deporte –una práctica conocida como ‘sportwashing’–, como el caso de Catar con el último Mundial o de Arabia Saudí con la Supercopa de España.

Esta situación contrasta, además, con la concienciación que organismos deportivos y clubes sí muestran desde hace años contra los comportamientos racistas en el fútbol, y que no se traslada con la misma intensidad para evitar la violencia homófoba en las gradas.

Por lo que se refiere al olimpismo, disciplina que protagoniza el segundo episodio, el periodista destaca los testimonios recogidos del atleta Mar Tur o de la esgrimista paralímpica Gema Hassen-Bey, quienes tras anunciar su homosexualidad “recibieron llamadas de altas instancias para reducir el nivel de exposición” de su orientación sexual.

El último capítulo dedica sus 50 minutos a la situación en el deporte base, donde más importancia cobra la existencia de “referentes” y donde los insultos homófobos que se gritan en los campos de élite “se replican” en las canchas más modestas.

Sin dejar el deporte base, ‘Ya no quiero esconderme’ aborda la situación de las personas ‘trans’ en un ámbito que queda fuera del debate sobre su supuesta ventaja competitiva en la élite y se centra en la realidad que enfrentan a la hora de practicar un deporte.

Más allá de la denuncia por lo que falta por avanzar en España, la serie recoge también buenas prácticas desarrolladas en el deporte nacional, como la campaña contra la homofobia y por la inclusión puesta en marcha por el Cádiz CF, con brazaletes arcoíris y pancartas en su grada, o la ‘tarjeta negra’ implementada por la Federación de Baloncesto del Principado de Asturias que permite a los árbitros apercibir al público ante comportamientos incívicos antes de desalojar la grada si continúan en su conducta.

Clubes LGTBI+ inclusivos o nuevos deportes que contemplan la diversidad de género como el ‘quidditch’ –nacido a raíz del universo de las novelas de ‘Harry Potter’, encuentran también su hueco en una serie que constata que “aunque se ha avanzado mucho”, también “queda mucho por hacer”.

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