En la lluviosa y fría jornada del cuarto viernes de cuaresma, 8 de marzo, tuvo lugar el rezo del ejercicio del piadoso vía crucis por parte de dos hermandades lucentinas que, debido a las inclemencias del tiempo tuvieron que suspender la salida de sus titulares por las calles de su feligresía para proceder al rezo del mismo en el interior de sus respectivas sedes canónicas.
En el altozano del Valle, en la parroquia de la Sagrada Familia, la piadosa imagen del Señor nazareno del Valle, con sus manos cruzadas y sin cruz presidió el ejercicio del vía crucis dispuesto a los pies del presbiterio sin ser movida la imagen, solo el sacerdote fue moviéndose en cada estación permaneciendo los fieles en respetuoso silencio al rezo del piadoso ejercicio.
Por su parte, en la parroquia mayor de San Mateo la portentosa imagen del Señor del Amor sí que recorrió las naves inmensas parroquiales para presidir el rezo del vía crucis viviéndose estampas preciosas en la penumbra de San Mateo solo rota por el encendido parcial de la capilla del Sagrario, de la capilla de la hermandad y las capillas de la humillación y de la caridad.
De destacar la corona de espinas, trenzada, que se le colocó al Cristo del Amor en sustitución de su corona de espinas en orfebrería así como la túnica que lució el Señor, la estampa era sencilla a la par que tremendamente hermosa.
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