CUARESMA 2021
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA (IV)
Decía Lucas, el Evangelista: “Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él”.
Una capilla abierta de par en par pero Jesús no la presidía en su domingo, el de las espigas estaba en San Pedro Mártir, las manos atadas, la pesada cruz dejó de vencer su espalda encorvada de Varón de Dolores tan solo por un momento para hacerse más cercano, y bajó de su peana para mirarnos con mansedumbre desde el salón del trono donde recibió en audiencia a sus hijos que no pudieron besar sus pies, que pasaban ante el único rey con mascarillas, desde la distancia aún estando cercanos pero con los ojos vidriosos porque Él, el de las espigas, siempre está, siempre prevalece y siempre permanece y Lucena no sabría vivir sin la bendición de su mano y sin gritar como sonora música un ¡Viva nuestro Padre! ¡Viva Jesús por siempre!
Por y para Lucena siempre…
Por y para ti…