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Camino escolar seguro. Unidos por la educación vial.

Seguridad vial

¡Vuelta al cole, vuelta a cuidarnos!

Septiembre trae mochilas nuevas, nervios y muchas ganas de reencontrarse, pero también nos recuerda lo importante que es movernos todos con seguridad alrededor de los centros educativos. Cada mañana y cada medio día, cientos de niños y niñas cruzan la calle, caminan por las aceras y viven la ciudad con la alegría que solo tiene la infancia.

En este contexto, la seguridad vial cobra una importancia especial para todas las familias y la comunidad educativa. No es solo una cuestión de normas o señales, se trata de proteger la vida y el bienestar de los niños y niñas de nuestro municipio.

La educación vial es una responsabilidad compartida, la seguridad en los entornos escolares es una tarea de todos: estudiantes, padres, madres, profesorado, personal no docente, vecinos, Policía Local y el propio Ayuntamiento. Los hábitos viales que los niños adquieren junto a sus familias marcarán para siempre su percepción del riesgo y su capacidad de protegerse. Por eso, dar buen ejemplo, cruzar siempre por el paso de peatones y caminar por las aceras, nunca por la calzada, es tan relevante como lo que se aprende dentro de las aulas.

Los pasos peatonales no son simples rayas en el suelo, son refugios de seguridad, el punto donde conductores y peatones se encuentran y colaboran para evitar accidentes. Hay que recordar siempre detenerse, mirar a ambos lados y ser prudente, tanto si se va acompañado como si se camina solo. Las aceras deben permanecer libres, jamás invadidas por coches o motocicletas, es el espacio seguro de los peatones, especialmente de los escolares y de quienes los acompañan.

Cruzarse entre coches estacionados es un hábito peligroso que multiplica el riesgo de atropello. La falta de visibilidad es la causa principal, ni los peatones ven bien a los vehículos que pasan, ni los conductores esperan que aparezca alguien repentinamente entre dos vehículos. Para los más pequeños, por su menor altura, el peligro se amplifica. Además, en muchas ocasiones algún vehículo puede estar iniciando una maniobra o saliendo de su plaza, situación en la que el conductor tampoco percibe al peatón a tiempo.

¡Utilizar siempre los pasos habilitados es la mejor decisión!.

La presencia de agentes de la Policía Local en las inmediaciones de los colegios es un elemento esencial para la protección de la infancia. Su labor abarca mucho más que multar, regulan el tráfico, ayudan en los cruces, resuelven situaciones imprevistas y, sobre todo, protegen la vida.

Atender y respetar sus indicaciones, sean gestos, silbatos o señales, es obligatorio y demuestra sentido de comunidad y compromiso con la seguridad de todos. Cuando los agentes regulan el tráfico, su señal prevalece sobre semáforos y otras señales, confiar en ellos y seguir sus instrucciones permite una entrada y salida del colegio más fluida y menos conflictiva.

La educación vial no solo salva vidas, también fomenta la convivencia y el respeto mutuo. Con pequeños gestos, como quitar la música para estar atentos al entorno, apagar el móvil mientras se camina o ceder el paso al peatón, se construye una cultura que perdura fuera del horario escolar. Fomentar ir caminando o en bicicleta, utilizar transportes colectivos y evitar parar en doble fila favorece la movilidad sostenible y reduce los peligros en los alrededores de los centros educativos.

Por lo tanto, ahora que estrenamos curso, no deberíamos conformarnos con que “nunca ha pasado nada”. Cada vida cuenta, y las normas están para ser cumplidas con respeto y sentido común.

Hacer del camino escolar un entorno seguro es cosa de todos. Pongámosnos en la piel de los niños y recordemos que, cuando hablamos de seguridad Vial, se trata, en realidad, de proteger sueños, risas y sobretodo Futuro.

 

 

Por: Miguel Ángel Muñoz Sarmiento

Policía Local de Lucena

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