Durante toda la jornada del domingo 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús, la piadosa, bellísima, tierna, dulce y niña Virgen de la Aurora ha recibido el tierno beso y la veneración de sus fieles presidiendo a los pies del altar mayor de la capilla de su nombre su devoto y solemne besamanos.
Bellísima como solo Ella lo es, sin más adornos que su banderola, su corona y su cetro, sus rosarios como fiel testimonio del rezo del santo rosario de la Aurora y las puertas abiertas de par en par para recibir a los vecinos de su barrio y a toda Lucena que, tras su salida del pasado domingo día 8, hoy, viene a verla cara a cara, de cerca, para quedar prendados y prendidos de su amoroso rostro.
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