Por la tarde, morado y negro luto. El palio, ya no tiene el tintineo metálico sobre los adoquines de la . ahora el palio es arrastarado por el suelo en señal de duelo. La dorada urna, con las luces del atardecer sale de la capilla del Señor y, el “quejío” lastimero de un torralbo que suena a muerte anuncia que llegó la hora de la sepultura del Señor. Delante, abriendo el camino, la argéntea cruz triunfante del Señor que, horas antes, bendijo por tres veces a Lucena, con el sudario vacío tras haber descolgado el cuerpo del Gran Poder de Cristo. Tras la imponente y preciosísima urna, el duelo, la de Magdala, San Juan y la Virgen, de negro luto y tocada de diadema con la corona de espinas en sus manos, llora con más honda tristeza la muerte del Hijo.
Es Viernes Santo por la tarde en Lucena, todo queda quieto y callado. Cristo, yace inerte en urna dorada.
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