La Primera que Córdoba coronó, que Roma proclamó reina en la Diócesis de Córdoba en 1948 recorrió 74 años después del glorioso acontecimiento y tras ser restaurada en loor de multitudes, con gloria y majestad las calles de la ciudad califal en una jornada que difícilmente será olvidada de la memoria de todos los que pudimos vivir el histórico momento para la devoción aracelitana. Las tempranas horas de una mañana de febrero no fueron óbice para que en todo momento la Patrona de Lucena y del Campo Andaluz fuera rodeada de una multitud de personas que la acompañaron durante todo su recorrido desde la Parroquia de San Francisco y San Eulogio y que tuvo su culmen en la llegada de la Patrona a los alrededores de la Catedral y su triunfal entrada en el Patio de los Naranjos donde no cabía un alfiler a las plantas de la primera coronada de la Diócesis de Córdoba, Nuestra Madre y Señora de Araceli.