Y nada pudo detener la llegada de Sus Majestades hasta tierras lucentinas, nada pudo detenerlo, ni la pandemia, ni las mascarillas, nada. Llegaron y se postraron ante el Niño y le ofrecieron sus presentes y quedaron rendidos y prendidos ante su Gran Poder en vísperas de la Epifanía… volvieron, nunca se fueron, porque incluso en lo más crudo estuvieron presentes y este año, aunque con prudencia y sabedores de la situación que atraviesa el Mundo, volvieron a subirse en sus carrozas y a repartir ilusión y sonrisas que tanta falta hacen en medio de todo lo que llevamos vivido.
Aquí la primera galería de uno de los días más bonitos del calendario de Lucena, el día de la Cabalgata de la Ilusión…