Tras la solemne misa estacional de acción de gracias, una vez recibida la bendición del Señor, se volvía a reiniciar la marcha, la procesión de regreso hasta San Pedro Mártir.
Para esta ocasión abrió la comitiva, tras el estandarte y la cruz de manguillas de la Venerable Archicofradía, la Banda de Música de Lucena, con sus vistosas corbatas verdes y con un repertorio cada vez mejor y con más calidad interpretativa, sin duda, un gran trabajo de su director y todos sus componentes. Tras la banda de música vinieron la representación de todas las hermandades lucentinas así como diferentes representaciones de Jesús Nazareno venidas de diferentes puntos de nuestra geografía cordobesa tales como Puente Genil, Aguilar de la Frontera o Priego de Córdoba, entre otras. La Real Archicofradía de María Santísima de Araceli cerraba el cortejo de hermandades y, tras ella, la presidencia, las andas con el Señor y la Sociedad Filarmónica del Carmen de Salteras.
El cortejo recorrió calles por donde el Señor habitualmente no suele transitar, como Las Torres, en dirección contraria a la habitual, Maristas, Llanete del Cristo de la Sangre con visita, rezo y ofrenda floral de la cofradía de la Sangre al Señor, Juan Jiménez Cuenca, Catalina Marín, Juan López Baja, Pajarillas, engalanada para la ocasión como solo esta calle sabe hacer cuando algo grande ocurre en ella y, en esta ocasión, la grandeza era excelsa con el paso del Señor por su calle, Juana de Teba, José de Mora Romero, Porcuna, también engalanada con colores morados donde se vivieron momentos muy emotivos, Alhama, Lamerina y, de nuevo, el Llanete de Nuestro Padre Jesús Nazareno donde, como en la mañana del Viernes Santo, el Señor dio la bendición en la confluencia de la calle San Pedro con Curados y Lamerina para, tras la interpretación de La Madrugá, el Señor, volvió a entrar en San Pedro Mártir de manera histórica.
Mención a parte merece la maravilla de ver al Señor portado sobre andas, a hombros de todos los fieles y devotos que quisieron apuntarse para portar al Señor y que la Venerable Archicofradía dio la oportunidad, hombres, mujeres, jóvenes, mayores y, la inmensidad del buen gusto del acompañamiento musical del Carmen de Salteras que dispuso un repertorio exquisito, bien escogido, los sones roncos del tambor marcial, lejos del tan acostumbrado repique de la granadera de la batería del Carmen tan mítico y que dio, todavía, más solemnidad a la tan cuidada procesión extraordinaria del Señor. Marchas como: El Cachorro “Saeta Sevillana”, Saeta Cordobesa, Amarguras, Soleá Dame la Mano, Valle de Sevilla, La Sangre y la Gloria, Procesión de Semana Santa en Sevilla, Aquella Virgen, Jesús de las Penas, Virgen del Valle,… entre otras, hicieron degustar momentos de paladares exquisitos. Desde aquí, dar la enhorabuena a la Venerable Archicofradía por la selección musical tanto de las marchas procesionales que acompañaron al Señor como de la celebración litúrgica con la Coral Lucentina. Todo fue del máximo disfrute, deleite y buen gusto. Una procesión extraordinaria en todos los sentidos para una tan magna efemérides.
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